Mi trabajo

Obras

Si como decía Horacio una pintura es un poema sin palabras, estoy seguro de que los pinceles de Puerto Encinas son las plumas idóneas para escribir esos poemas.

Sus pinceles cambian las palabras por colores, por cromatismos y por una combinación tan perfecta de los claros-oscuros que hacen que sus cuadros pasen de los ojos directamente al alma para, una vez dentro, hacernos sentir un agridulce regusto de sensaciones.

Las pinturas de Puerto Encinas son como ella misma: Un ensueño que se hizo realidad para el deleite de todos los que la conocemos a ella y a sus poemas en forma de cuadros.

José R. Delfín.

A Puerto Encinas no le gusta improvisar, sino que matiza y contempla los detalle sy rincones de sus calles y edificios, de sus riveras y alamedas, de sus retratos, sombras y penumbras, piedras y celajes, en definitiva, en el realismo interpretado y transcendido que practica, se atisban en este vestíbulo de su trayectoria, claros indicios y pruebas elocuentes de poseer las cualidades idóneas para madurar un lenguaje propio y su diseño, que le alejen de preciosismos miméticos y de modas al uso que enmascaran la autenticidad.

Manuel Vaz Romero.